lunes, enero 15, 2007

Entre barbas



Era día sábado cuando caminando entre bostezos por la universidad, se me acercó un chico de no más de veinte años, me dijo que lo disculpara, pero que quería saber si era yo, la poeta de sus incertidumbres. Interrumpida por la interrogante, me detuve para contestarle, entonces sacó de una carpeta, en la que llevaba también partituras -que claramente me decía que estaba frente a un músico- un papel algo ajado de color azul desteñido. Ahí comenzó a relatarme cómo había llegado a sus manos aquella hoja, donde aparecían impresos dos poemas míos, y que inefablemente le habían tatuado.
Me miró fijamente y me preguntó inquieto:
- ¿Me ves?
- ¡Qué cosa! - le respondí sorprendida, sin saber a lo que se refería.
- Mira mi rostro - dijo tocándose con una mano la barba de unas dos semanas.
Luego, agregó:
- Me la he vuelto a dejar, para intentar recuperar a la mujer que me quita la vida, pero todo ha sido en vano.
De mis ojos aparecieron dos gruesas lágrimas y suavemente preguntó:
- ¿Por qué lloras?
- Es muy simple - le dije - la nostalgia se me hace agua en la piel.
Frente a frente nos quedamos, él con su historia y yo con la mía, sólo que a la inversa.
Con los ojos comencé a decirle cuánto lo entendía, porque yo había escrito el poema, que ahora les regalo, ciertamente tan afligida como él, sintiendo que el amor se puede recuperar con un gesto poético, como ese, pero a veces, cuando hemos expulsado a alguien especial y único, lejos del cuerpo, no siempre las barbas nos devuelven lo que fue nuestro.


Huída

Ha huido
el espacio
la ausencia
y el silencio que hicimos
se escapa entre las hojas
de una máquina de afeitar.


“Una palabra del cielo”
Cinco mil poemas arrojados desde un avión.
Inauguración XIII Feria del Libro de Talca y la Región del Maule
Octubre 2006.-

17 comentarios:

Anónimo dijo...

A menudo visito tu página. Soy desconocida y poco clara para expresar lo que me pasa cuando te le leo, pero hoy te puedo decir que lo que escribiste, es lo más bello que hay en el blog.

Anónimo dijo...

Linda historia, pero me gustaria saber si él todavia se deja la barba.

Anónimo dijo...

cuál lado escribe después del agobio.
Las palabras inundan las miradas, las rabias conmueven el corazón.

¿hoy perdonas, hoy olvidas?

¿qué haces hoy?

Ana María Vilchez dijo...

¿Cuál lado escribe después del agobio, es una pregunta o una afirmación?
Con respesto a lo otro, que si veo que son preguntas te respondo, simplemente, que lo averigues, porque nadie está tan cerca mío como tú.

Ana María Vilchez dijo...

Marcela, no te conozco pero responderé a tu inquietud: ambos llevan barba todavía.

Anónimo dijo...

Trato de entenderte, pero probablemente soy muy concreto y la barba y el gesto poético, no sé, tendrás que explicarme, aunque nunca me explicas nada.

Anónimo dijo...

¿Quién es el barbudo de la foto?¿Acaso Mauricio A.?

Anónimo dijo...

Ana Maria, contaos el final de la historia...

Ana María Vilchez dijo...

Manu, esta historia, por ahora, no ha tenido fin. Uno de sus protagonistas hace sólo unos días, me dedidcó unos versos, de los que recuerdo este: "El futuro, no se ha creado". Tal vez tenga razón...

Anónimo dijo...

Amor mío, por qué no puedo verte. Quisiera al menos encontrarte en la calle y que me regales una sonrisa. Nunca has dejado de regalarme por lo menos una sonrisa.
Asumí que no tengo oportunidad alguna contigo, pero sigo diciendote que "sigo enamorado de ti"...

Pedro Montealegre dijo...

Ana María, muy acertada la imagen de lo que se escapó entre las hojas de la máquina de afeitar. Se trata de un espacio que a nadie le importa, tan útil como letal, quizás uno de esos tantos vacíos en los que tú has reparado, uno de esos hacíos que sirven entre otras cosas para darse cuenta de que existen.

Anónimo dijo...

Me duelen tus historias, tus poemas...Esta la encontré de una belleza, que no te explico, de un dolor que me paraliza.
Siento que eres una gran escritora de una sensibilidad impresionante y con un talento que te llevará a la cima.

Anónimo dijo...

Me he devorado todo tu blog y de verdad que contaís con un talento de los dioses.
Conozco a Rebeca Yanke y entro con frecuencia a su web, por ahí te descubrí y caíste como agua sobre las pestañas de mi mostrador.
Felicitaciones.
Xavier

Ana María Vilchez dijo...

Xavier, aquí en chile tu nombre lo pronunciaríamos así: Savier.
Me gusta esa imagen poética de haber caído como agua sobre tus pestañas...
Gracias.

Ana María Vilchez dijo...

Mauricio, ¿en qué lugar del mundo te encuentras y con qué nueva idea rondándote?
Las veces que me has llamado no he podido costestarte y cuando he intentado devolverte, tu celu está sin señal o apagado.
Ahh, y claramente la fotografía es mérito tuyo, sólo tuyo. Haces que me sienta hermosa, cuando estoy lejos de serlo.

Anónimo dijo...

¿Quién te ha dicho que no eres hermosa? Tú belleza no sólo es de ojos, de boca, de pelo, de manos, de cuerpo mismo. Lo tuyo es una belleza de encanto, de silencios, de sonrisas, de darte por entero a quien te necesita, de perdonar, de olvidar.Tu belleza es la esencia misma que se encuentra en las palabras que escribes.
Un beso y un abrazo enorme porque creo saber que estás necesitándolo.

Anónimo dijo...

ola ana maria, soy fabian, ese joven poeta al q la otra ves le regalaste un libro, me gusto muxo tu blog, sensible, intimo, melancolico.. igual q tus poemas,
te invito a visites el mio, lo cree hace poco, asi q esta en construccion:

letrasychocolates.blogspot.com

abrazos
fabian farias