lunes, noviembre 24, 2008

1° Encuentro Nacional de Poesía, pero en Talca!


En Lectura Poética con Marietta Morales y Marcela Saldaño




Fotografía Héctor Labarca Rocco





Junto a los Poetas Eduardo Klein y Maite Pizarro


viernes, noviembre 14, 2008

viernes, septiembre 26, 2008

La grandeza de escribir cuentos

La foto es de Mauricio Álvarez Rauchfuss
Miércoles 08 de Octubre de 2008.
A las 19:00 hrs. en el marco de actividades de la
XV Feria del Libro de la Región del Maule.
Sala Giulio di Girolamo
Dos Norte 685.

martes, julio 15, 2008

Intuición

Fotografía Mauricio Álvarez
......
...
No tendré que mover los labios
el silencio será el abecedario
sin manos
y tus ojos la señal de un grito dormido.
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miércoles, junio 18, 2008

De noche


Fotografía Mauricio Álvarez



No sé si imagino el miedo

cuando me deshago como agua

si tomas mi mano

y diluvio la noche

con el roce eclíptico de los espacios

descolgada por tu caliente chaleco rojo.

viernes, mayo 30, 2008

El final

Fotografía Mauricio Álvarez


Hoy me han derrotado, y no te lo dije. La basura se arrastró por el agua junto con las hojas resecas y así, no puedo vivir. No quiero vivir. Las putas lágrimas no se acercan a mis ojos cansados y agobiados de tanta desvergüenza. Es difícil llorar cuando pareciera que nunca has llorado, cuando pareciera que nunca has sido arrastrado por el suelo y golpeado por una gruesa mano que se hunde en la boca y te quebraja los dientes como una piedra lanzada a un ventanal. Ya no sirven las palabras, las hermosas, las crueles; tampoco los gestos, de qué carajo sirven los gestos, anda dilo... si la muerte cuelga del techo con el cuello roto y los fluidos se derraman por la locura de un piano que toca una sonata de Beethoven. No quedan más cigarrillos que fumar ni más cervezas que tomar y menos, sicotrópicos para vencer.

lunes, mayo 19, 2008

Prófuga

Fotografía Mauricio Álvarez




Fugada

...

con el pecado

mordiéndome la lengua

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.

me atrapaste prófuga

con el beso del tibio deshielo

y mis labios se silenciaron

ante tu profana bendición.

.

.

Y no quería claudicar

a tus ojos melindrosos

y a las coyunturas de tus manos

para no caer

en el presidio de tu noche.

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.

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