viernes, noviembre 24, 2006

Premeditación y alevosía

Portar un revólver puede ser cosa de valentía o de cobardía, pero también creo que algo tiene que ver con el amor.
Hoy les regalo estos versos alevosos recién publicados en el libro "Del otro lado de la página".


Premeditación

Lavo mi rostro cansado de volver a morir
porque no sé amar más que
con un revólver en el bolsillo.

Agua en el agua.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso creo saberlo, porque a mi me diste dos tiros.

Anónimo dijo...

no sé quién será "enamorado de ti" pero de que lo mataste, lo mataste....

Anónimo dijo...

Yo tampoco lo sé, y créeme que no fue mi intención, si es que es así, hacerle daño. Tal vez, és sólo un juego...

Anónimo dijo...

Ella me dió dos tiros, uno en la clavícula y otro en la fibra. Desde entonces me arrastro como una serpiente.

Anónimo dijo...

Luna, me disparó, sangré, lloré y le derramé todas mis palabras al oído, pero todas cayeron al suelo.
No he muerto.

Anónimo dijo...

enamorado de ti, me alegro que no hayas muerto.
El amor es así, nos deshace , nos desangra, pero es preferible eso a no tener qué tirar al suelo.
Poesía como la de Anita nos lo demuestra
Listo para morir otra vez y otra ...supongo.